The Insomniac Teller

The Box of thoughts that lives somewhere in my mind

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¡Ni un día mas!

Solo un día, ¡menos de 24 horas para largarnos!


Pero mas allá de la euforia y la ansiedad por celebrar, también existe ese poquito de nostalgia. Todo en conjunto tiende a ser algo confuso pero la alegría sobrepasa cualquier otra percepción de estos últimos momentos.
Mañana, se irán volando todas esas noches sin dormir, todos los días de estrés, de rabia, de impotencia y también de esfuerzos más allá de lo que alguna vez pensamos.


Hoy, puedo decir que esto no fue una batalla con los estudios, fue una batalla con nosotros mismos, una prueba de voluntad y de deseo de superación. Todo se resume a cuanto estuvimos dispuestos a empujarnos y romper los límites que creíamos posibles hace algunos años.


Aún recuerdo el día que salí de mi casa llevándome una maleta llena de mi vida y de mi entusiasmo, pero también de ingenuidad. El hecho de iniciar una nueva etapa desde los cimientos, comenzar en un lugar donde todos eramos desconocidos, pero teníamos el mismo propósito.


Conforme pasa el tiempo también se presentaron adversidades, que llevaron toda esa alegría hasta la miseria, la impotencia y la decepción. Muchos renunciaron en el camino e incluso fue necesario detenernos mientras otros seguían, pero la perseverancia y la paciencia nunca dejaron de ser la mejor arma.


Es como subir una montaña. Cuando estamos en la cima, la visión del mundo es otra, entendemos hacia donde queremos ir y cual es el camino a seguir, y corremos en busca de ese destino pero la espera se hace interminable. Mañana llegaremos nuevamente a las planicies, luego de un viaje lleno de tropiezos y nuevas experiencias.


Ahora volvemos a casa, con el triunfo entre los brazos y con la certeza de que este no es el fin del camino, es solo el inicio de muchas cosas por venir y con una historia que es solamente nuestra. Es hora de tomar rumbos distintos, pero todas estas vivencias desbordantes y gratificantes vivirán siempre en nuestro día a día cuando nos llamen "ingenieros".


Nuevos amigos, nuevos compañeros, nuevos recuerdos... Todo se gana en conjunto. De aquí, vendrán nuevas historias conforme la vida nos vuelva a reunir. A todos, mil bendiciones y muchísimas gracias por estos años en los que crecimos juntos; a los que decidieron seguir otra meta, a los que ya la alcanzaron, y aquellos que nos encontramos durante el camino. Se les aprecia.


Promoción 2011, Ingenieros académicos:
Hoy, todo valió la pena. Mañana, ¡A celebrar!


PD: Aquí una canción para el recuerdo.






No mencioné Portofino, pero ya hable de eso en otro post... Igual fue lo máximo! Que lo digan los que fueron :)