The Insomniac Teller

The Box of thoughts that lives somewhere in my mind

sábado, 19 de febrero de 2011

¿Quién fue?

Pues ya hace tiempo que tenía olvidado este blog y si bien no me han faltado ganas de sentarme y escribir más cosas absurdas también resulta que tengo la vida y el tiempo en un plano que no es ni remotamente organizado. La última vez que estuve por acá hablaba muy melosamente sobre una especie de despedida a la etapa de universitario y esperanzas para el nuevo año. Como todo cambio, requiere adaptación cosa que siempre representa dificultades para mi. No por ofrecer resistencia sino por la eterna costumbre de que las cosas me agarren viendo para el techo o estando dormido.


El año no comenzó precisamente bien, pero a veces pasan cosas simples que te hacen reír y te suben el ánimo. Entonces, esto es lo que pasó:


Viajaba yo en un bus con baño incluido y la naturaleza me llama regar las flores, mi puesto estaba en el piso de arriba y el baño en el de abajo. Bajo las escaleras, y una vez que me acerco me doy cuenta de que estaba ocupado, por lo que decidí esperar. Al cabo de unos minutos se viene un fino hilo con olor a cachicamo y pelo de chimpancé quemado por lo que era obvio que ahí estaban haciendo algo más que orinar y pensé "mejor me largo de aquí antes de que piensen que soy yo" y decido subir.


La sorpresa es que detrás de mí se viene una brisa rancia, pero de esas quema pestañas. Puse mi cara de culo y seguí "ignorando" aquel olor que me revolvía hasta el pensamiento y supuse que por el silencio nadie se había percatado de lo que ocurría, PERO, desde el fondo del pasillo se escucha "¡mierda chamo, ¿que comiste?!


"¡Yo no fui!"
 Silencio... Pensé que nadie mas había notado lo incómodo del momento hasta que el copiloto colombiano grita por alto parlante: "SEÑORES! ALGUIEN SE HA HECHO DEL CUERPO HUELE MUCHO A MIERDA! SE LES RECUERDA QUE EL BAÑO ES SÓLO PARA ORINAR!"... K.O. Así lo que era un silencio incómodo se convirtió en carcajadas y gritos acusativos mientras yo, a la vista de todos sentí primero vergüenza, mucha vergüenza, y luego placer porque nadie me conocía y en realidad no me importaba.






Y caminé entonces, por ese pasillo disfrutando mis quince segundos de fama como quién corre libre y feliz en una pradera.

Acto seguido detienen el autobús, obligan a quien estaba en el baño a salir, todos se dan cuenta de que en realidad no fui yo, mi momento estelar termina y señor mojón es abandonado en una bolsa en plena carretera. 


Luego un señor sentado a mi lado preguntó porque no reclamé cuando me acusaron de lo que pasó y le dije en voz baja:


"En el pasillo aproveché y me tiré un peo."
F u c k  y e a h.