The Insomniac Teller

The Box of thoughts that lives somewhere in my mind

miércoles, 30 de marzo de 2011

Cenizas al Amanecer

Quería dejar algo por aquí pero he estado corto de ideas así que rebuscando entre mis archivos encontré algo que pocos han leído, y que no me había animado a mostrar. La idea salió de una noticia que leí sobre un accidente en Caracas en el año 2002.

Todo comenzó alrededor de las 11:47pm estaba yo algo acalorado e incluso incomodo porque no solía frecuentar esa discoteca, ya me habían hablado muchas veces de ‘la goajira’ pero la zona en la que residía ésta nunca me había convencido. Se entraba por una pequeña puerta a un costado de un edificio que en planta baja era un centro comercial y en los pisos superiores apartamentos residenciales. La discoteca ocupaba todo el sótano de la estructura. Para ese entonces había bailado, reído, incluso tomado algunos tragos.
Había dejado de bailar y estaba sentado en la barra observando, mis compañeros aun estaban en la pista de baile vislumbrados bajo los efectos de luces estroboscópicas y el humo artificial que daba la ilusión de éxtasis. El humo de la pista parecía más denso y pensé por un instante que el dj se estaba excediendo con este tipo de entretenimiento pues comenzaba a tener una sensación extraña en mi garganta. De un momento a otro una oleada desenfrenada de personas corrían apresuradamente desde el otro costado de la discoteca donde se encontraba el depósito de licores. Yo sin saber que sucedía supuse que se trataba de una pelea y me levante haciendo señas a mis compañeros para buscar la salida del lugar.
Un segundo después el humo se volvió sumamente denso, era difícil observar a lo lejos, la diversión se torno un verdadero caos, y finalmente se hizo visible lo que estaba ocurriendo. Por razones desconocidas se inició un incendio en la bodega, las llamas comenzaban a cubrir toda la discoteca y las personas ahí presentes corrían frenéticamente huyendo del peligro. Contando al azar diría que había por lo menos 400 personas. Todo ocurrió en fracciones de segundos, se me hizo imposible ubicar a mis amigos pues el humo se había tornado negro y no podía ver mis manos frente a mis ojos, incluso mis gritos desesperados eran mudos ante tanta esquizofrenia y gritos de desesperación. En ese instante éramos todos ciegos y sordomudos tratando de salir de un laberinto.
Entre tanto descontrol podían escucharse los rezos desesperados de aquellos que ardían fervorosamente, mis deseos de rezar se perdieron con la espesura del humo y en mi mente solo resonaba el desmedido palpitar de mi corazón. Instintivamente solo me dispuse a correr pero hasta moverse era difícil, constantemente recibía golpes, pisotones y colisiones de aquellos que trataban de huir del peligro. Inmerso en todo ese movimiento recuerdo haber tenido que pisotear a muchos para poder seguir adelante, aunque pareció algo muy cruel en esos momentos el único deseo se basa en salvaguardar nuestra propia vida.
Respirar era muy difícil, mis pulmones ardían y no sabía siquiera hasta donde me habían llevado mis falsos pasos. La aglomeración de personas era tal que de un momento a otro no pude seguir moviéndome y caí sobre un grupo de personas que torpemente trataban de aferrarse unos a otros. Estaba muy cansado para levantarme, tenía demasiado miedo para tratar de seguir adelante, simplemente en mi la fuerza de voluntad se desvaneció. Poco después por lo que pude palpar, me di cuenta de que nos encontrábamos en el baño.
Cada segundo debía inhalar más profundo para tratar de buscar oxigeno pero mis esfuerzos fueron en vano, sentía como al toser mi garganta se desgarraba y aquel desagradable sabor a sangre invadió mi estomago. Trate de calmarme y recordar que debía hacer en casos como este pero el desespero bloqueó todos mis sentidos. En un último intento por respirar inhale tan fuerte que mi cuerpo dejo de responder a mis plegarias, solo trate incesantemente de inspirar pero la locura y la desesperación se apoderaron de mi, hasta este instante no había sentido el temor de morir, entonces la vaga idea se estaba convirtiendo en realidad. Había tomado mi última bocanada de aire.
En ese instante mi llanto fue tan real como el de un infante, el temor se apodero de mí y me retorcía incesantemente mientras en mi mente los rezos golpeaban ferozmente los recuerdos de mi vida, que desfilaron frente a mis ojos mientras la agonía se llevaba lentamente mi dolor. Con mis manos despelleje mi cuello mientras mis lágrimas imploraban por un segundo más de vida. Cuando entendí que no había vuelta atrás y que ya había comenzado a morir, dejé mi cuerpo descansar en su contorsionada posición y mire fijamente la luz tenue que avivaba mi funeral, lentamente mi pasado y mis anhelos desfilaron por mi mente mientras mi esperanza se hacía lejana al igual que aquella luz mientras cerraba mis ojos.
Cuando acepte mi destino e incluso comenzaba a disfrutar del placer de morir, sentí como las llamas consumían lentamente mi cuerpo, como mi piel se desprendía de mi carne y como mi sangre se secaba en mis venas, aun podía escuchar gritos de agonía pero el dolor en mi ya se había ido y el palpitar de mi pecho había cesado, ya había muerto.
Por un instante pude vislumbrar aquella escalofriante escena, docenas de cuerpos apilados unos sobre otros, ardiendo bajo las abrasadoras llamas. Y mi cuerpo, tieso y negruzco, sobre cenizas y aún agonizantes almas. Me pareció irónico como un accidente así se había llevado mis días y los de muchos más, incluso tuve tiempo de pensar en mi familia y mis amigos que nunca pude encontrar, esperaba que al menos ellos hubieran podido sobrevivir.
Al final mi conciencia no fue capaz de encontrar descanso, vagando confusamente en el recuerdo de aquella noche, que en sus pasos le regaló sus cenizas al amanecer.

.: Ccs, 30.11.2002 :.

Y al final de toda película suena una canción que acompaña los créditos -que no hay- pero igual la dejo.





sábado, 19 de marzo de 2011

Un día en que

No estas bien
No estas mal
Solo estas.




Hoy.

sábado, 19 de febrero de 2011

¿Quién fue?

Pues ya hace tiempo que tenía olvidado este blog y si bien no me han faltado ganas de sentarme y escribir más cosas absurdas también resulta que tengo la vida y el tiempo en un plano que no es ni remotamente organizado. La última vez que estuve por acá hablaba muy melosamente sobre una especie de despedida a la etapa de universitario y esperanzas para el nuevo año. Como todo cambio, requiere adaptación cosa que siempre representa dificultades para mi. No por ofrecer resistencia sino por la eterna costumbre de que las cosas me agarren viendo para el techo o estando dormido.


El año no comenzó precisamente bien, pero a veces pasan cosas simples que te hacen reír y te suben el ánimo. Entonces, esto es lo que pasó:


Viajaba yo en un bus con baño incluido y la naturaleza me llama regar las flores, mi puesto estaba en el piso de arriba y el baño en el de abajo. Bajo las escaleras, y una vez que me acerco me doy cuenta de que estaba ocupado, por lo que decidí esperar. Al cabo de unos minutos se viene un fino hilo con olor a cachicamo y pelo de chimpancé quemado por lo que era obvio que ahí estaban haciendo algo más que orinar y pensé "mejor me largo de aquí antes de que piensen que soy yo" y decido subir.


La sorpresa es que detrás de mí se viene una brisa rancia, pero de esas quema pestañas. Puse mi cara de culo y seguí "ignorando" aquel olor que me revolvía hasta el pensamiento y supuse que por el silencio nadie se había percatado de lo que ocurría, PERO, desde el fondo del pasillo se escucha "¡mierda chamo, ¿que comiste?!


"¡Yo no fui!"
 Silencio... Pensé que nadie mas había notado lo incómodo del momento hasta que el copiloto colombiano grita por alto parlante: "SEÑORES! ALGUIEN SE HA HECHO DEL CUERPO HUELE MUCHO A MIERDA! SE LES RECUERDA QUE EL BAÑO ES SÓLO PARA ORINAR!"... K.O. Así lo que era un silencio incómodo se convirtió en carcajadas y gritos acusativos mientras yo, a la vista de todos sentí primero vergüenza, mucha vergüenza, y luego placer porque nadie me conocía y en realidad no me importaba.






Y caminé entonces, por ese pasillo disfrutando mis quince segundos de fama como quién corre libre y feliz en una pradera.

Acto seguido detienen el autobús, obligan a quien estaba en el baño a salir, todos se dan cuenta de que en realidad no fui yo, mi momento estelar termina y señor mojón es abandonado en una bolsa en plena carretera. 


Luego un señor sentado a mi lado preguntó porque no reclamé cuando me acusaron de lo que pasó y le dije en voz baja:


"En el pasillo aproveché y me tiré un peo."
F u c k  y e a h.